Cobertura de Conectividad en México

La medición de tangibles e intangibles ha sido siempre problemática. Es importante que toda medición o estadística primaria cumpla con los principios de ser metodológicamente robustos, replicables en el tiempo y comparables.

A propósito, en esta semana el presidente López Obrador (AMLO) reiteró que el país registra un gran atraso en torno al acceso y disponibilidad de conectividad, puesto que “sólo 25% del territorio está conectado”. Geográficamente, la aseveración presidencial se aproxima a la realidad.

Efectivamente, desde una óptica territorial de la cobertura de conectividad es posible determinar un proyecto prioritario como el programa “Internet para Todos” (antes México Conectado), así como relanzar nuevas bases de licitación para la Red Troncal, para así dotar de conectividad gratuita a carreteras, plazas públicas, parques, escuelas, entre otros espacios públicos y aumentar la huella de cobertura de redes de comunicación.

 

Métricas de Cobertura, Convención Internacional

Pocos sectores como el de las telecomunicaciones dependen tanto de la alineación de estándares internacionales, tecnológicos, de homologación de equipos, de administración de espectro, así como del diagnóstico y dimensionamiento del acceso a servicios.

Las métricas estándar para representar la cobertura y disponibilidad de estos servicios suelen incluir suscripciones o usuarios, tenencia de dispositivos de acceso, ancho de banda internacional disponible, velocidades de carga y descarga o densidad de redes, entre otras. Todas estas variables expresadas como proporción de la población, de los hogares o bien de unidades económicas.

Para dimensionar el acceso a servicios de telecomunicaciones, la métrica empleada por convención internacional es la penetración o teledensidad poblacional.

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), este coeficiente resulta de dividir el número total de accesos o suscripciones a un servicio en específico (e.g. internet de banda ancha) entre la población de una región o país, multiplicado por 100, para expresar la proporción por cada 100 habitantes.

En este sentido, el Índice de Desarrollo TIC (IDT) de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) incluye un subíndice de acceso que está compuesto exclusivamente por variables expresadas en términos poblacionales o de hogares. De manera similar lo hacen el informe “Perspectivas de la Economía Digital” (OCDE), “El Estado de la Banda Ancha” de la Comisión de Banda Ancha para el Desarrollo Sostenible (UIT/UNESCO), así como reportes privados como el Índice de Conectividad Global (GCI por sus siglas en inglés) de Huawei.

En el primero de ellos, el IDT, México registró, en 2017, una teledensidad móvil de 88.2 líneas por cada 100 habitantes, 45.6% de hogares con computadoras y 47.0% de hogares con Internet. Por su parte, el reporte de la Comisión registra 13.3 suscripciones de banda ancha fija por 100 habitantes (en comparación Brasil registra 13.7 y Colombia 12.9) y el GCI, ubica a México en la categoría de adopción intermedia (‘adopters’) de conectividad, con métricas semejantes a las de países como Argentina, Brasil, China, Colombia y España.

Como es identificable a nivel internacional, las métricas de disponibilidad de la conectividad no son referenciadas a la proporción de la geografía, nacional o estatal, sino a la cobertura de sus servicios o a la extensión lineal de su despliegue. Estas métricas son una aproximación fiel de los hechos estilizados que se buscan medir para incidir en ellos. Cabe insistir, ninguno medido en términos del territorio o extensión geográfica.

 

Acceso y Cobertura en la Métrica Nacional

En días pasados el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) puntualizó que “en el ámbito internacional, la medida utilizada para conectividad se realiza con base en la población que cuenta con acceso y no respecto al territorio nacional”.

De acuerdo con las métricas del IFT, la cobertura de servicios móviles 3G de telefonía y datos alcanzaba 88.4% del total de la población, mientras que aquella de 4G llega a 84.1%.

Los accesos a internet móvil aumentaron más de 200%, tal que casi 67 de cada 100 personas cuentan con el servicio al mes de septiembre de 2018.

En lo que toca a servicios fijos, la penetración de la telefonía fija es de 60 líneas por cada 100 hogares, 53% de estos cuentan con internet y 66 de cada 100 tienen TV de paga, con un incremento de accesos de fibra óptica en la vecindad de 500% desde 2013. Asimismo, los accesos con una velocidad superior a los 10 Mbit/s incrementaron en más de 1,500%.

 

El Sector Hoy

Las mediciones más recientes de The Competitive Intelligence Unit ubican la penetración o teledensidad de servicios móviles en 95.1% de la población, con un total de 119.5 millones de líneas al tercer trimestre de 2018.

Penetración Nacional de Servicios de Telecomunicaciones

(Accesos por cada 100 habitantes/hogares)

Fuente: Elaborado por The Competitive Intelligence Unit con información del IFT y propia

Fuente: Elaborado por The Competitive Intelligence Unit con información del IFT y propia

Una métrica de los empeños por extender la disponibilidad de servicios por parte de los operadores móviles es capturada mediante la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) realizada por el INEGI que, en su edición de 2017, reporta que entre las principales razones por las que no se cuenta con estos servicios, tan sólo 2.3% es atribuible a la falta de cobertura. Esta razón es 2.6 puntos porcentuales menor al registro obtenido en 2015.

En términos de equipamiento de acceso a conectividad, 85 de cada 100 mexicanos cuentan con un smartphone al finalizar 2018. Esto significa que el parque tecnológico de estos dispositivos asciende a 106.5 millones, con una razón de crecimiento de 7.0% en el último año. Entre estos, 45% tienen atributos que los caracteriza como smartphones de gama baja, 49% corresponden a aquella media y sólo 6% son de gama alta.

 

¿Cobertura Territorial al 100%?

¿De qué serviría iluminar una red de telecomunicaciones en territorio inhabitado o inhabitable, si 70% de nuestra extensión territorial se encuentras conformado por zonas forestales (bosques, selvas, manglares, desiertos) o acuíferas, de acuerdo con la Comisión Nacional Forestal? ¿Y más aún cuando hay entidades federativas que registran muy limitada población y una amplia dispersión poblacional, como en el caso de Chihuahua?

Sin duda resultaría en un desaprovechamiento de recursos para las empresas invertir en lugares en los que no sea rentable operar. Similarmente, representaría un dispendio, desde la inversión pública, ejercer recursos para el despliegue de infraestructura en zonas en las que no se genere tráfico por el uso de servicios, ni abone a la conectividad poblacional.

Es así como tanto el gobierno como los agentes privados deben sumar acciones y esfuerzos para materializar el objetivo de conectividad universal, sobre la base de información eficiente y fidedigna como lo es la publicada por organismos internacionales, órganos estadísticos y regulatorios nacionales, empresas globales de tecnología, consultorías, entre otros.

 

The CIU