Mapeo de la Competencia Móvil en Latinoamérica
Una condición sine qua non para el desarrollo de los mercados es la competencia efectiva, escenario en el que empresas tienen la capacidad de ofrecer sus bienes y servicios en condiciones equitativas, circunstancias que estimulan la innovación, la calidad, la reducción de precios y el bienestar de los consumidores.
En años recientes, la expansión del consumo de servicios de telecomunicaciones móviles y con la llegada de las redes 5G, se ha vuelto imperante la intensificación de la competencia en estos mercados, sobre todo en aquellos que registran una marcada concentración. El resultado es que carecen de incentivos para intensificar el despliegue de infraestructura para alcanzar una accesibilidad plena de los servicios.
Este es el caso de varios países en la región de Latinoamérica. De ahí, la relevancia y necesidad de la actuación de las autoridades gubernamentales en materia de competencia, para reducir la concentración de mercado, eliminar barreras a la entrada y desarrollo de competidores y/o prevenir y sancionar la comisión de prácticas monopólicas.
Competencia en Perspectiva Regional. El consenso internacional basa el análisis de la competencia con base en el Índice de Herfindahl-Hirschman (IHH), que toma valores entre 0 y 10,000 puntos (competencia efectiva y estructura monopólica, respectivamente).
Al finalizar 2022, el IHH en países como Honduras (5,530 puntos), Bolivia (5,160), Guatemala (5,110), República Dominicana (4,870) y México (4,270) se ubica en niveles de concentración sumamente elevados. Estos son los países con menor competencia efectiva en el segmento móvil, en los que un operador dominante ostenta una participación de mercado marcadamente elevada frente a sus competidores.
En contraste, Puerto Rico (2,880 puntos), El Salvador (2,780), Perú (2,640), Brasil (2,540) y Chile (2,510) son los mercados móviles con una estructura más competitiva, en los que se identifican niveles moderados de concentración de mercado.
Competencia y Concentración: Evolución. En la última década (2013-2022), el mercado móvil peruano es insignia, al registrar una trayectoria descendente en términos de concentración, circunstancia que lo ha colocado como uno de los mercados con mayor competencia en la región de LatAm.
En Centroamérica, la concentración del mercado móvil de Costa Rica descendió en el periodo, atribuible a la competencia uno a uno entre con el operador estatal ICE y el entonces Movistar (ahora Liberty).
El caso chileno registra también una reducción significativa, a pesar de tratarse de un mercado que anteriormente ya alcanzaba niveles de concentración moderada para transitar y convertirse en uno de los países más competitivos del mundo en telecomunicaciones móviles.
Por otro lado, México continúa registrando un elevado grado de concentración y escasas ganancias en competencia. Actualmente, el mercado mexicano móvil sigue careciendo de condiciones equitativas suficientes entre operadores, al tener un preponderante que continúa extrayendo ganancias e ingresos extraordinarios, que le habilitan marcadas ventajas frente a sus competidores.
La categórica diferencia en la participación de mercado del agente económico preponderante en telecomunicaciones (AEP-T, América Móvil) y el resto de los jugadores competidores es señal de la conveniencia regulatoria de plantear y aplicar nuevas medidas asimétricas y de fortalecer las existentes, en busca de mejores condiciones competitivas.
El desarrollo de las telecomunicaciones móviles y del 5G está sujeto al dinamismo competitivo existente en los diferentes países. Es momento ya de abandonar este escenario de excesiva, persistente y marcada concentración en el comparativo regional. Ello, con el propósito generar de condiciones favorables que incentiven la disponibilidad, confiabilidad, capacidad y asequibilidad de los servicios.